miércoles, 26 de mayo de 2010

PORFIRIO LOBO DESHONRA AL PERU






Lobo con piel de presidente:

Por: César Levano



La visita de Porfirio Lobo al Perú deshonra al país, pero desenmascara al presidente Alan García, convertido en aliado de la reacción antidemocrática del continente, apoyada, por supuesto, por el imperialismo.

Lobo, quien funge de presidente de Honduras, es un personaje repudiado en el continente, excepto por genocidas como Álvaro Uribe y por el heredero del fascismo español, Mariano Rajoy.

Formó parte de la conjura que derribó al presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya. Aceptó luego ser candidato presidencial en unas elecciones amañadas por militares asesinos, vinculados directamente con el Pentágono.

Para ser digno de ese pasado, ha continuado violando los derechos humanos. Cinco periodistas de oposición fueron asesinados en marzo. Sin duda que Lobo podrá decir: yo soy presidente, y mando en los órganos de seguridad, pero no sé nada.

Lobo acaba de sufrir la condenación y el desprecio de la América Latina. Países tan importantes como Brasil anunciaron que no permitirían que Lobo asistiera a la Cumbre de América, Unión Europea y el Caribe celebrada en Madrid, y amenazaron con retirarse si Lobo se hacía presente.

El pobre Lobo, cual manso corderillo, tuvo que abstenerse, y resignarse a recibir la bendición del fascista Rajoy.

El hecho de que el presidente del Perú lo recibiera con los brazos abiertos es un baldón para nuestro país. Hay que recordar que hasta el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, así como la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, condenaron el golpe que abrió el camino a Lobo.

La recepción al repudiado personaje responde sin duda a la pretensión de García de afirmar un bloque de naciones contrarias a la democracia, y sometidas al mandato del Pentágono y de la CIA.

Algo más, tal alineamiento servil debe colocarse en la perspectiva de la agresión a Venezuela que Colombia alista. Lo probable es que Estados Unidos no intervenga directamente, pero recurra a “aliados” como Uribe y García, capaces de suministrar carne de cañón.

Esa línea daña la política exterior del Perú, lo aísla y lo compromete a someterse a los dictados de la reacción mundial.

No hay política internacional desligada de la política interna. Por eso resulta más claro por qué García ha expresado en España simpatía por la candidatura de Keiko Fujimori, heredera no sólo de una fortuna mal habida, sino también de la conducta de sometimiento a la estrategia yanqui, lo cual significa deshonra, retraso y pobreza. Y corrupción.

La visita de Lobo no es, como afirma García, la de un mandatario de irreprochable origen electoral. Lobo no hubiera sido candidato, ni presidente, si no se hubiera producido el golpe militar, condenado en todo el mundo. La represión asesina actuó luego como su agente de campaña.


Fuente: La Primera (26/05/2010)