domingo, 27 de marzo de 2011

Energia perversa: Reactores nucleares




En el mundo hay un total de 442 centrales nucleares y 27 más se encuentran en proceso de construcción. Además, hay planes de construir, al menos, 73 reactores más en un futuro próximo.


El primer ministro británico, Tony Blair, manifesto en reiteradas ocasiones su apoyo a la energía nuclear con el fin de que su país dependa menos del petróleo y se asegure así el suministro eléctrico. Blair considera que hay que establecer un plan de construcción de nuevas centrales en Reino Unido.

En 1956 se puso en marcha, en Inglaterra, la primera planta nuclear generadora de electricidad para uso comercial. En 1990 había 420 reactores nucleares comerciales en 25 países que producían el 17% de la electricidad del mundo.

En los años cincuenta y sesenta esta forma de generar energía fue acogida con entusiasmo, dado el poco combustible que consumía (con un solo kilo de uranio se podía producir tanta energía como con 1000 toneladas de carbón).¡¡Quetal negocio!! Pero ya en la década de los 70 y especialmente en la de los 80 cada vez hubo más voces que alertaron sobre los peligros de la radiación, sobre todo en caso de accidentes.

El riesgo de accidente grave en una central nuclear bien construida y manejada es muy bajo, pero algunos de estos accidentes, especialmente el de Chernobyl (1986) que sucedió en una central de la URSS construida con muy deficientes medidas de seguridad y sometida a unos riesgos de funcionamiento alocados, han hecho que en muchos países la opinión pública mayoritariamente se haya opuesto a la continuación o ampliación de los programas nucleares. Además ha surgido otro problema de difícil solución: el del almacenamiento de los residuos nucleares de alta actividad.

El sistema más usado para generar energía nuclear utiliza el uranio como combustible. En concreto se usa el isótopo 235 del uranio que es sometido a fisión nuclear en los reactores. En este proceso el núcleo del átomo de uranio (U-235) es bombardeado por neutrones y se rompe originándose dos átomos de un tamaño aproximadamente mitad del de uranio y liberándose dos o tres neutrones que inciden sobre átomos de U-235 vecinos, que vuelven a romperse, originándose una reacción en cadena.

La fisión controlada del U-235 libera una gran cantidad de energía que se usa en la planta nuclear para convertir agua en vapor. Con este vapor se mueve una turbina que genera electricidad

En una central nuclear que funciona correctamente la liberación de radiactividad es mínima y perfectamente tolerable ya que entra en los márgenes de radiación natural que habitualmente hay en la biosfera.

El problema ha surgido cuando han ocurrido accidentes en algunas de las más de 400 centrales nucleares que hay en funcionamiento. Una planta nuclear típica no puede explotar como si fuera una bomba atómica, pero cuando por un accidente se producen grandes temperaturas en el reactor, el metal que envuelve al uranio se funde y se escapan radiaciones. También puede escapar, por accidente, el agua del circuito primario, que está contenida en el reactor y es radiactiva, a la atmósfera.

La probabilidad de que ocurran estos accidentes es muy baja, pero cuando suceden sus consecuencias son muy graves, porque la radiactividad produce graves daños. Y, de hecho ha habido accidentes graves. Dos han sido más recientes y conocidos. El de Three Mile Island, en Estados Unidos, y el de Chernobyl, en la antigua URSS y el de Fukushima en Japón el 11 de Marzo del 2011.

¿Se ha tenido en cuenta lo que esas centrales pueden significar de riesgo en caso de un conflicto armado? Es como si los afectados por un estremecedor resultado hubieran contribuido a hacerlo posible instalando en su propio territorio la bomba más importante que sería la misma central atómica.

No se habla nunca de tal aspecto de la cuestión.

O si se habla se hace en términos turbios y oscurecedores. Una bomba normal se convertiría, a los efectos finales, en una bomba atómica si sucediese el bombardeo. Ahora la pregunta ante tal estremecedor panorama: ¿a los dirigentes mundiales les interesa realmente el hombre?