Rusia exhibe su fuerza militar en vísperas de la consulta en Crimea
La tensión se dispara con tintes militares en torno a Ucrania y la
eventual secesión de Crimea. Este jueves, en vísperas de que los
habitantes de la península previsiblemente se decanten —el domingo, en referéndum—
por la independencia y la eventual anexión a Rusia, Moscú ha emprendido
nuevas maniobras militares junto a la frontera ucrania. Además, ha
enviado seis cazas Su-27 y tres aviones de transporte militar a la
vecina —y aliada— Bielorrusia para realizar, entre otras tareas,
misiones de espionaje aéreo.
Esta de cal bélica, tuvo otra de arena
diplomática: Rusia ha dado el visto bueno a que la Organización para la
Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) envíe observadores a la
península ocupada de facto por tropas rusas no identificadas como tales.
El Ministerio de Defensa ha emprendido los ejercicios militares en
cuatro provincias, tres de las cuales —Bélgorod, Kursk y Rostov— tienen
frontera con Ucrania. En las maniobras próximas a los límites
territoriales participarán más de 8.000 militares, según la BBC, —unos
10.000 en total en todas las zonas, según fuentes rusas—. Se movilizarán
tropas de infantería, artillería, destacamentos mecanizados, de
ferroviarios y tropas de paracaidistas, las fuerzas de elite mejor
preparadas para el combate, informa Efe.
Dispondrán de lanzacohetes y
armamento antitanque. Los ejercicios se mantendrán hasta finales de
marzo.
“El principal objetivo es comprobar el estado de preparación de las
unidades militares y la realización de misiones de combate e instrucción
sobre terreno desconocido”, señaló el ministerio en un comunicado.
En
él añadía: “Los comandantes de los destacamentos entrenan en la
organización de diversos tipos de combate (...) aprenden a pensar de
forma no estereotipada, engañar al enemigo y lograr el factor sorpresa”.
Estos ejercicios despiertan suspicacia e inquietud en algunos
observadores. Sin embargo, presentan una envergadura menor que los
anteriores: en las maniobras de febrero y principios de marzo cerca de
Ucrania participaron más de 100.000 efectivos.
A la exhibición de músculo militar junto a las fronteras con Ucrania,
se suma el envío de seis cazas y tres aviones de transporte a
Bielorrusia para “vigilar el espacio aéreo” junto con efectivos de ese
país, según el ministerio ruso. Las tareas incluirán “el espionaje
aéreo”.
Las nueve aeronaves tendrán su base en un aeropuerto cercano a
la frontera entre Rusia y Bielorrusia. Las autoridades de este país
también fronterizo con Ucrania aseguraron que los aviones de Moscú
participarán en maniobras militares conjuntas para comprobar el sistema
regional conjunto de defensa antiaérea. Un portavoz del Ministerio de
Defensa bielorruso, advirtió:
“En caso de que siga creciendo la
presencia de tropas [extranjeras] en los Estados limítrofes, se tomarán
las correspondientes medidas de reacción en territorio bielorruso”.
Por otra parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, reunió este jueves al Consejo de Seguridad ruso y en sus palabras introductorias dijo que tratarían también un punto que no estaba en la agenda: la política que adoptará el Kremlin ante Ucrania. Putin reiteró la posición rusa según la cual lo que acontece en el país vecino es una crisis interna de la que Rusia no tiene la culpa.
“Quisiera hacer notar que, ante todo, se trata de una crisis interna
ucrania. Por desgracia, todos comprendemos que de una forma o de otra
nos hemos visto implicados en esos acontecimientos.
Pensemos juntos cómo
construir las relaciones con nuestros socios y amigos en Ucrania y con
nuestros otros socios en Europa y Estados Unidos”, propuso Putin a sus
colegas del Consejo de Seguridad que él encabeza.
Mientras tanto, Rusia podría tener su primer contacto oficial con las
nuevas autoridades de Ucrania en el marco de una reunión de
viceministros de Exteriores de la Comunidad de Estados Independientes
(CEI), la organización que surgió después de la desaparición de la URSS
con varias de sus exrepúblicas que se convirtieron en países
independientes.
“Queremos reiterar que estábamos y estamos dispuestos a
celebrar la reunión. Todo depende ahora de la parte ucrania”, se dice en
un comunicado del Ministerio de Exteriores ruso.
También en el terreno diplomático, Moscú dio este jueves el visto
bueno a que la OSCE envíe una misión de supervisión a Crimea, según
anunció el presidente del Consejo Permanente del organismo, Thomas
Gräminger. Añadió que se está negociando con Ucrania el alcance
geográfico que tendrá la misión y si afectará a todo el país. Rusia era
el único de los 57 miembros de la OSCE que faltaba por dar el visto
bueno.
Fuente: El Pais