Artur Mas aprovechó ayer el mensaje de Nochebuena del Rey
para dejar claro una vez más el alcance del proceso soberanista en
Cataluña y defender su hoja de ruta. El presidente de la Generalitat fue
directo a una de las claves del discurso del Monarca, que defendió una
“actualización” de los “acuerdos de convivencia”. Y lo hizo para
reclamar “libertad” para Cataluña frente a las apuestas reformistas.
“Yo
quiero recordar que Cataluña, el pueblo catalán y también el catalanismo
como expresión política mayoritaria de este pueblo siempre han apostado
por la convivencia”, sostuvo Mas antes de plantear su exigencia:
“Lo que pasa es que al lado de la convivencia también han apostado por
su libertad; al lado de la convivencia también ha apostado por que sus
instituciones fueran las que gobernaran el pueblo de Cataluña, y
concretamente la Generalitat de Cataluña”.
Así se pronunció el jefe del Ejecutivo catalán en su discurso
institucional ante la tumba del expresidente de la Generalitat Francesc
Macià, fallecido en 1933, al que se homenajea cada 25 de diciembre. Mas
destacó que el Rey hablara “incluso de actualización de las normas de
convivencia”, aunque insistió en que la aspiración de Cataluña es lograr
el máximo nivel de autogobierno sin perjudicar dicha convivencia.
Acompañado por el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, Mas mantuvo que Cataluña “ha fijado horizontes importantes y ambiciosos hace mucho tiempo”, aludiendo a los orígenes del pulso soberanista.
También Junqueras se refirió a las palabras de don Juan Carlos.
El socio parlamentario de Mas aseguró que respeta “la opinión de los
soberanos y, sobre todo, la de los pueblos soberanos de su futuro”. El
líder republicano se mostró, en cualquier caso, de acuerdo con la
defensa del diálogo que hizo el Rey en su discurso y aprovechó para
dirigirse al Gobierno de Mariano Rajoy: “Si tienen alguna oferta de
reforma, ya la dirán”. No obstante, al ser preguntado por la reiterada
petición del Rey de que todos los ciudadanos de España se mantengan
juntos —apeló a “lo que nos une”—, Junqueras defendió su prioridad. Esto
es, “ir juntos a las urnas en Cataluña: los que votan sí y los que
votan no”.
Y es que, este año, ni la felicitación navideña del presidente de la
Generalitat quedó al margen del proceso soberanista que impulsa el
Gobierno catalán. Mas felicitó el pasado martes a sus seguidores de
Twitter con un mensaje diáfano sobre su plan. Dos semanas después de
anunciar la celebración de una consulta y alcanzar un acuerdo sobre las
preguntas, reiteró: “En el año 2014 el pueblo de Cataluña será llamado a
decidir de forma pacífica y democrática su futuro como país”.
En este mensaje, que publicó la cuenta del Gobierno catalán en Twitter
con el anuncio de “felicitación exclusiva” de Mas a sus seguidores, el
presidente de la Generalitat subraya que 2014 “será un año de gran
simbolismo histórico, pero sobre todo será un año trascendental para el
presente y para el futuro de Cataluña”.
No obstante, si Artur Mas no cambia de opinión respecto a lo
expresado el pasado septiembre en el Parlamento de Cataluña, es casi
imposible que la consulta se acabe celebrando. En aquella ocasión el
presidente aseguró que esta solo se celebraría si se pudiese hacer con
garantías legales y fuese pactada o, como mínimo, tolerada por el
Gobierno. A tenor de lo expresado hasta ahora por el Ejecutivo de
Mariano Rajoy ninguno de estos escenarios parece posible. La otra opción
viable sería convocar unas elecciones autonómicas anticipadas, a las
que los partidos soberanistas intentarían dar un cariz plebiscitario a
favor o en contra de la independencia.
Por esta razón, Mas evitaba en su tuit navideño hablar directamente
de la consulta y se limita a asegurar que los catalanes “serán llamados a
decidir”: eso puede hacerse mediante un referéndum o a través de
cualquier otro tipo de elección.
El Pais
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