sábado, 19 de marzo de 2011

Zapatero: "A tus Zapatos"

Zapatero tendrá apoyo casi unánime para "su" primera operación de combate:

Antes de tomar esta delicada decisión Sr. Rodriguez Zapatero, desde este humilde blog le pedimos que piense en los niños, mujeres y ancianos que morirán bajo los escombros originados por la explosión de las bombas "salvadoras" arrojadas por sus aviones "libertarios", que liberaran a los sufridos libaneses de la torturas materiales y les enviaran al cielo.

Recuerde también que intromisiones de este tipo lo ponen en las antípodas de lo que fueron "los caballeros" españoles del cual usted lleva, casi, el mismo nombre RODRIGO DIAZ DE VIVAR que entre sus muchas virtudes fue firme, leal y JUSTO y valiente, PRUDENTE y templado. Va lo de justo ya que hay miles de personas de la población civil que se morirán o se verán afectados por la invasión bélica y va lo de prudente, puesto que frente a una concepción fundamentalista de la vida uno nunca sabe lo que puede suceder como respuesta, recuerde el atentado en los trenes de Madrid.Dejen que los libaneses arreglen sus problemas internamente, que ellos solos "maten sus pulgas".

Aquí va la información que brinda el extraordinario diario EL PAÍS de España:

Mariano Rajoy (PP) y Josep Antoni Duran Lleida (CiU) fueron informados directamente por Zapatero, mientras que los portavoces del resto de grupos parlamentarios recibieron llamadas de las ministras de Defensa o de Exteriores, Trinidad Jiménez y Carme Chacón, respectivamente.

Los únicos que se han mostrado reacios son los representantes de IU y BNG, es decir, tres de 350 diputados. El resto -una mayoría que rozará la unanimidad- apoyó expresamente la resolución de las Naciones Unidas y la decisión del Gobierno español, y lo más que hicieron algunos fue echar mano del socorrido argumento de que la intervención llega tarde.

Así, Joan Ridao (ERC) expresó su esperanza de que la decisión de la ONU "no llegue tarde y sirva para salvaguardar la seguridad del pueblo libio y para avanzar hacia la democracia plena en este país del norte de África". De hecho, el martes por la tarde se votará una proposición no de ley de ERC en apoyo a quienes combaten por la democracia en Libia.

El Pleno del martes cumple el protocolo establecido por el Gobierno socialista en 2005 mediante la Ley de Defensa, según el cual es necesaria la autorización expresa del Parlamento para llevar a cabo una intervención militar en el extranjero. Aquella reforma legal tenía por objeto precisamente evitar que se repitieran actuaciones como la de José María Aznar (PP), que en 2003 decidió participar en la invasión de Irak sin debate ni consenso parlamentario. Eso sí, la ley no precisa la fórmula exacta a seguir; en otros casos han sido las comisiones de Defensa y de Exteriores las que han dado la autorización preceptiva.

Por eso, Duran Lleida expresó ayer su apoyo "a todas las decisiones que el Gobierno tendrá que emitir en las próximas horas", y explicó que, "dada la urgencia y la prioridad de la ejecución de la resolución de la ONU, y de acuerdo con la ley, la autorización del Parlamento para la intervención en el marco de la OTAN y bajo el amparo de la comunidad internacional es innecesario que se haga a través del Pleno del Congreso". Abogó por "una autorización de la comisión de Defensa, la de Exteriores o las dos a la vez, como se ha hecho en otras ocasiones". Pero Zapatero quiere respaldo del Pleno a su primera acción de combate como presidente. Es posible que la autorización se conceda a posteriori. El Gobierno no descarta tener que tomar una "decisión urgente" para poner en marcha una intervención militar en Libia si los acontecimientos "se precipitan", y que el Congreso la convalide posteriormente, según explicó el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba.

"Es posible ir a una convalidación posterior si los acontecimientos obligan a tomar una decisión y la Cámara no ha podido reunirse, teniendo en cuenta que las cosas van deprisa", explicó, para dejar en el aire que el ataque podría producirse antes del Pleno. José Bono, presidente del Congreso, ha convocado para el lunes a los portavoces con el fin de establecer el orden del día.

En todo caso, será la primera intervención militar de la etapa de Zapatero en el Gobierno, porque la de Afganistán, decidida por Aznar pero ampliada y renovada por el actual presidente, y la de Líbano tenían carácter humanitario o de reconstrucción, y no de combate. Tampoco se parece en nada el procedimiento y la actuación militar a la que Aznar decidió respaldar en 2003. Ahora, según remarca el Gobierno y la portavoz de Exteriores del PSOE, Elena Valenciano, hay una actuación multilateral basada en una resolución previa de la ONU y con apoyo de las instituciones regionales (Liga Árabe y Unión Africana).

El Gobierno y el PSOE explican que se ha buscado ese respaldo precisamente para evitar la imagen de ocupación o invasión. La única contraindicación es que, tal y como argumentan IU y BNG, quienes apoyan en la Liga Árabe la intervención en favor de la democracia en Libia son también regímenes autoritarios, y la propia Unión Africana está presidida por Teodoro Obiang, dictador de Guinea Ecuatorial.

Al contrario que en el caso iraquí, en esta ocasión no existen argumentos no constatados como la presencia de armas de destrucción masiva. Tan solo el evidente uso de la fuerza militar de las tropas de Gadafi contra los que persiguen la democracia en Libia. Aquel supuesto arsenal del régimen de Sadam Husein, denunciado por Estados Unidos y sus aliados en 2003 para justificar la invasión de Irak, jamás fue hallado.

Ahora hay además respaldo de la opinión pública, tal y como, por ejemplo, mostraba la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS publicada el pasado domingo. Según ese sondeo, el 66% apoya la intervención militar para ayudar a los rebeldes libios y acabar con la represión del régimen de Gadafi, aunque el 58% rechaza la cesión de las bases de Rota y Morón.

También hay un amplio consenso político, tal y como quedará patente el martes en el Pleno. En 2003, Aznar tenía enfrente a la opinión pública y al principal partido de la oposición.


El martes a mediodía José Luis Rodríguez Zapatero comparecerá en el Pleno del Congreso y pedirá autorización para una intervención militar por primera vez desde que es presidente del Gobierno. Tiene garantizado un apoyo parlamentario casi unánime a la participación en el ataque internacional contra el líder libio, Muamar el Gadafi, según constató ayer el Ejecutivo en sus contactos directos con los partidos.

Mariano Rajoy (PP) y Josep Antoni Duran Lleida (CiU) fueron informados directamente por Zapatero, mientras que los portavoces del resto de grupos parlamentarios recibieron llamadas de las ministras de Defensa o de Exteriores, Trinidad Jiménez y Carme Chacón, respectivamente.

Los únicos que se han mostrado reacios son los representantes de IU y BNG, es decir, tres de 350 diputados. El resto -una mayoría que rozará la unanimidad- apoyó expresamente la resolución de las Naciones Unidas y la decisión del Gobierno español, y lo más que hicieron algunos fue echar mano del socorrido argumento de que la intervención llega tarde.

Así, Joan Ridao (ERC) expresó su esperanza de que la decisión de la ONU "no llegue tarde y sirva para salvaguardar la seguridad del pueblo libio y para avanzar hacia la democracia plena en este país del norte de África". De hecho, el martes por la tarde se votará una proposición no de ley de ERC en apoyo a quienes combaten por la democracia en Libia.

El Pleno del martes cumple el protocolo establecido por el Gobierno socialista en 2005 mediante la Ley de Defensa, según el cual es necesaria la autorización expresa del Parlamento para llevar a cabo una intervención militar en el extranjero. Aquella reforma legal tenía por objeto precisamente evitar que se repitieran actuaciones como la de José María Aznar (PP), que en 2003 decidió participar en la invasión de Irak sin debate ni consenso parlamentario. Eso sí, la ley no precisa la fórmula exacta a seguir; en otros casos han sido las comisiones de Defensa y de Exteriores las que han dado la autorización preceptiva.

Por eso, Duran Lleida expresó ayer su apoyo "a todas las decisiones que el Gobierno tendrá que emitir en las próximas horas", y explicó que, "dada la urgencia y la prioridad de la ejecución de la resolución de la ONU, y de acuerdo con la ley, la autorización del Parlamento para la intervención en el marco de la OTAN y bajo el amparo de la comunidad internacional es innecesario que se haga a través del Pleno del Congreso". Abogó por "una autorización de la comisión de Defensa, la de Exteriores o las dos a la vez, como se ha hecho en otras ocasiones". Pero Zapatero quiere respaldo del Pleno a su primera acción de combate como presidente. Es posible que la autorización se conceda a posteriori. El Gobierno no descarta tener que tomar una "decisión urgente" para poner en marcha una intervención militar en Libia si los acontecimientos "se precipitan", y que el Congreso la convalide posteriormente, según explicó el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba.

"Es posible ir a una convalidación posterior si los acontecimientos obligan a tomar una decisión y la Cámara no ha podido reunirse, teniendo en cuenta que las cosas van deprisa", explicó, para dejar en el aire que el ataque podría producirse antes del Pleno. José Bono, presidente del Congreso, ha convocado para el lunes a los portavoces con el fin de establecer el orden del día.

En todo caso, será la primera intervención militar de la etapa de Zapatero en el Gobierno, porque la de Afganistán, decidida por Aznar pero ampliada y renovada por el actual presidente, y la de Líbano tenían carácter humanitario o de reconstrucción, y no de combate. Tampoco se parece en nada el procedimiento y la actuación militar a la que Aznar decidió respaldar en 2003. Ahora, según remarca el Gobierno y la portavoz de Exteriores del PSOE, Elena Valenciano, hay una actuación multilateral basada en una resolución previa de la ONU y con apoyo de las instituciones regionales (Liga Árabe y Unión Africana).

El Gobierno y el PSOE explican que se ha buscado ese respaldo precisamente para evitar la imagen de ocupación o invasión. La única contraindicación es que, tal y como argumentan IU y BNG, quienes apoyan en la Liga Árabe la intervención en favor de la democracia en Libia son también regímenes autoritarios, y la propia Unión Africana está presidida por Teodoro Obiang, dictador de Guinea Ecuatorial.

Al contrario que en el caso iraquí, en esta ocasión no existen argumentos no constatados como la presencia de armas de destrucción masiva. Tan solo el evidente uso de la fuerza militar de las tropas de Gadafi contra los que persiguen la democracia en Libia. Aquel supuesto arsenal del régimen de Sadam Husein, denunciado por Estados Unidos y sus aliados en 2003 para justificar la invasión de Irak, jamás fue hallado.

Ahora hay además respaldo de la opinión pública, tal y como, por ejemplo, mostraba la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS publicada el pasado domingo. Según ese sondeo, el 66% apoya la intervención militar para ayudar a los rebeldes libios y acabar con la represión del régimen de Gadafi, aunque el 58% rechaza la cesión de las bases de Rota y Morón.

También hay un amplio consenso político, tal y como quedará patente el martes en el Pleno. En 2003, Aznar tenía enfrente a la opinión pública y al principal partido de la oposición.

Con informacion de "El País"