jueves, 29 de abril de 2010

DEBERIAN IR A PRISION: Vertido de crudo en el golfo de México

El riesgo de un desastre ecológico en el golfo de México es cada vez mayor. Tras la explosión de una plataforma petrolífera frente a las costas de Luisiana el pasado día 20, el pozo submarino del que extraía el crudo vierte al mar el equivalente a unos 5.000 barriles diarios, una cantidad cinco veces superior a los 1.000 barriles estimados inicialmente.
Se teme que la mancha pueda alcanzar la costa estadounidense en las próximas horas. Así las cosas, British Petroleum ha aceptado hoy la oferta de ayuda del Ejército de EE UU para intentar controlar el derrame.


Una portavoz de la Guardia Costera de Estados Unidos, la contralmirante Mary Landry, explicó a la prensa el miércoles (esta madrugada en España) que el nuevo cálculo se ha elaborado a partir de observaciones aéreas sobre la marea negra, y el estudio de la trayectoria del vertido y de otras variables.

El presidente de EE UU, Barack Obama, está al corriente de la situación, según la portavoz.

Landry informó también de que se ha descubierto una nueva fuga, la tercera. Así lo ha comunicado a las autoridades estadounidenses la compañía británica BP, propietaria del yacimiento y responsable financiera de la limpieza del vertido.

Esta tercera fuga está situada, como las dos anteriores, en el tubo que conectaba la plataforma con el pozo submarino, situado a 1.525 metros de profundidad. La larguísima conexión se encuentra ahora suelta en el lecho marino.

El vertido ha creado una enorme mancha de aceite brillante y petróleo, que por la dirección del viento podría alcanzar la costa estadounidense mañana y afectar a cuatro Estados.

El pozo se encuentra a unos 64 kilómetros al sureste de la desembocadura del Misisipi. La marea negra amenaza a las especies salvajes (gráfico en inglés), las playas y los estuarios de Luisiana, Misisipi, Alabama y Florida, y es tan grande que se calcula que en menos de dos meses podría alcanzar el tamaño del causado por el petrolero Exxon Valdez, en Alaska en 1989.

Horas antes, la Guardia Costera estadounidense, en un intento de frenar la expansión de la mancha de crudo, anunció la puesta en marcha de "incendios controlados", pese a la contaminación que esta medida genera en el aire.

El organismo estadounidense de medioambiente mantiene un control sobre la contaminación que se genera en el aire, y si sobrepasa los máximos niveles permitidos, ordenará que se apaguen los fuegos.

Las autoridades afirmaron que el fuego no afectará a zonas habitadas y se espera que no tenga impacto en la vida marina, especialmente en especies mamíferas y en la colonia de tortugas de mar. Algunos medios como Fox News dieron cuenta de la presencia de fuego y humo cerca de la costa de Luisiana.

El operativo consiste en que varias embarcaciones reúnen segmentos dispersos de la mancha para introducirlos dentro de una especie de corral, cuyas paredes están construidas con material ignífugo. El recinto flotante se traslada hasta una zona remota en alta mar, donde se prende fuego al crudo.

La petrolera británica BP está dedicando millones de dólares al día en lo que ha calificado como la mayor operación de la historia para controlar una fuga contaminante.

"No descansaremos hasta que hayamos hecho todo lo necesario para tener la situación bajo control", señaló el responsable de comunicación de BP, Andre Gowers, comparando la consistencia de la mancha con la del "té helado" y su grosor con el de un cabello humano.

La plataforma, gestionada por Deepwater Horizon (con sede en Suiza), se hundió el pasado día 22, dos días después de explotar e incendiarse.

Se da por muertos a 11 trabajadores que desaparecieron en el accidente, tras suspenderse las tareas de búsqueda el viernes pasado y a los que se da por muertos. Otros 115 fueron rescatados. Por el momento sigue sin conocerse la causa de la explosión.

Fuente: El Pais (29/04/2010)



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